Skip to main content

Diseccionando la participación en las noticias online a lo largo del tiempo

Diseccionando la participación en las noticias online a lo largo del tiempo

21 de junio de 2023

La era digital, y en particular el auge de las redes sociales, se asociaron inicialmente a una visión utópica de acceso y participación globales en los medios. Si bien es cierto que hay más vías de participación digital que nunca, no está tan claro si la gente en la práctica las utiliza para participar activamente en sus entornos informativos.

Ahora que medios y periodistas se preocupan cada vez más por la evasión de noticias y la desconexión de las audiencias, también luchan con una “nueva normalidad” que implica más consumidores de noticias online pero a menudo menos abiertamente participativos. Una proporción menor del público participa activamente en las noticias (22% publicando y comentando), mientras que una cantidad cada vez mayor lo hace de forma reactiva (31% leyendo, dando “me gusta” o compartiendo) o directamente no participa en absoluto (47%). La participación online y offline no son excluyentes, y hablar cara a cara sobre las noticias también viene disminuyendo pero, incluso en un entorno mediático tan digital, se mantiene, por término medio, como la forma de participación más mencionada: 32%.

En las sociedades democráticas, la participación en la vida y en el debate públicos suele considerarse un elemento central del compromiso cívico. Por lo tanto, es importante cómo (y cuánto) participa la gente en los debates y quiénes les dan forma. En este capítulo, profundizamos en la participación en las noticias y el involucramiento online. ¿Cómo es la participación y cómo han cambiado las tendencias a lo largo del tiempo? ¿Y cómo se siente el público en general al participar en las noticias o al hablar de política, en un entorno digital a menudo descrito como tóxico o divisivo, donde una porción significativa de usuarios lidia con ataques muy graves, discursos de odio y cosas peores? 

Si bien son relevantes las experiencias negativas vinculadas a las noticias online (y los problemas muy reales de donde provienen), detectamos que no le ocurre a la mayoría de nuestros encuestados. De todos modos, muchos sienten que deben tener cuidado con lo que dicen, mientras que el discurso online y offline se torna cada vez más constreñido.

La cambiante participación en las noticias y el auge del consumidor pasivo

Llevamos muchos años analizando cómo la gente comparte o participa en la cobertura periodística durante una semana normal. Al observar las segmentaciones de quienes se involucran de forma activa en las noticias online (publicando o comentando), de forma reactiva (leyendo, dando “me gusta” o compartiendo) y de forma pasiva (consumiendo sin participar), en los últimos años podemos ver el aumento del consumidor pasivo (subió en promedio 5 puntos porcentuales, del 42% en 2018 al 47% en 2023) y del participante reactivo (+6 puntos, del 25% al 31%), además de una caída sustancial en la participación activa (bajó 11 puntos, del 33% al 22%).

Como se describe en el resumen ejecutivo, los participantes activos son ahora más propensos a ser hombres, con mayor nivel educativo, políticamente más partidistas y más interesados en las noticias. Aunque este grupo ha disminuido a menos de una cuarta parte de los usuarios de noticias, se parece cada vez más a las (poco representativas) audiencias tradicionales de noticias.e.

¿Por qué se comparte menos abierta y activamente y se registra más consumo pasivo? Hay varias razones posibles. En parte, puede deberse a cambios generales con respecto a qué redes la gente utiliza para informarse: por ejemplo, el descenso en el uso de Facebook, particularmente entre los jóvenes, y el alejamiento de Meta de la prensa, más la creciente popularidad de las aplicaciones de mensajería privada, sobre todo en los mercados de América Latina, Asia-Pacífico y Europa del este. También pueden influir otros factores, como menor optimismo o novedad en torno a las oportunidades participativas de las plataformas.

Por supuesto, la participación en las noticias varía considerablemente entre países y regiones. Detectamos las tendencias generales de participación más elevadas en los mercados africanos, latinoamericanos y del sudeste asiático, en tanto que son mucho más bajas en el centro y el norte de Europa, en Norteamérica y en Asia oriental. Es importante señalar que los datos de la India y África son representativos de audiencias angloparlantes jóvenes y más educadas, de modo que su participación puede ser mayor que la de la población nacional. Sin embargo, es probable que estas tendencias reflejen tanto las diferencias de las muestras como los entornos mediáticos donde hay gran dependencia y adopción de las redes sociales. Por ejemplo, en Tailandia un tercio de la población participa activamente (36%) y allí las plataformas son, con diferencia, las más importantes vías de acceso a las noticias, frente a una de cada diez personas en Dinamarca (10%), donde las conexiones directas con las marcas permanecen mucho más sólidas.

Si nos centramos en las distintas formas de participación, observamos un descenso constante en la mayoría de ellas, tanto online (dar “me gusta”, compartir y comentar en las redes) como offline (hablar de las noticias con amigos y colegas). En la era de las redes sociales, la “compartibilidad” se ha convertido en un elemento central del modo en que se producen, se consumen y se (re)distribuyen las noticias. Sin embargo, no suele estar claro hasta qué punto la gente realmente adopta estas formas de participación.

Nuestros datos sobre la compartición de noticias a lo largo del tiempo también muestran que sólo crece una manera cerrada de compartir (mediante aplicaciones de mensajería privada), en tanto que caen permanentemente otras formas abiertas de compartir y comentar, así como otros modos cerrados de compartir. En todos los mercados, desde 2018 compartir noticias en las redes ha disminuido constantemente: en promedio, ha pasado del 26% al 19%. Además, compartir vía correo electrónico ha bajado del 12% al 7%. Mientras tanto, compartir noticias mediante aplicaciones de mensajería ha aumentado del 17% al 22%. Esta tendencia es especialmente pronunciada en mercados de América Latina, el sudeste asiático y el sur europeo, con mayor uso general de aplicaciones de mensajería privada, como un 35% en Colombia, 33% en Malasia y 30% en España, donde casi un tercio de la gente comparte regularmente noticias a través de mensajería instantánea. En el mismo período, también observamos en todos los mercados un incremento generalizado del uso de aplicaciones de mensajería como WhatsApp (+9 puntos) o Telegram (+12 puntos).

Pero, ¿se diferencian quienes comparten noticias en privado de quienes lo hacen en público? Cuatro de cada diez personas (41%) que comparten públicamente en las redes sociales también comparten privadamente en aplicaciones de mensajería, por lo que, si bien se verifica un solapamiento sustancial, la mayoría de quienes comparten en aplicaciones de mensajería se sienten atraídos específicamente por esta forma privada, o tal vez alejados de compartir en público.

Resulta complicado explicar completamente estas tendencias, pero hay investigaciones que indican que ciertos segmentos del público tal vez ahora evitan compartir públicamente o participar porque perciben que los debates online son tóxicos (Mathews y otros, 2022). Esto puede estar empeorando, ya que una cantidad relativamente pequeña de gente (a menudo hombres, más partidistas y más motivados) asume la mayor parte de la participación activa en las noticias, y muchos en el medio parecen ser cada vez más cautelosos a la hora de comprometerse públicamente con las noticias y la política online. Si bien la participación offline no es inmune a la caída a lo largo del tiempo, es revelador que hablar sobre las noticias cara a cara con amigos y colegas sigue siendo la forma más popular de participación: en promedio, un tercio de los consumidores (32%, 7 puntos porcentuales menos que en 2018).

“No leas los comentarios”: qué siente la gente al involucrarse con las noticias online

En el discurso público, las secciones de comentarios de los sitios periodísticos y las plataformas sociales en gran medida se retratan, justa o injustamente, como un infierno de trolls y contenidos tóxicos e incivilizados. Hace poco, en una investigación cualitativa, una británica de 64 años nos dijo: “Estoy impactada por los comentarios corrosivos que dejaron en un artículo reciente... Rara vez me identifico con los comentaristas. Por supuesto, podrían ser trolls”.

Sin embargo, en comparación con otras formas de participación en las noticias, leer comentarios online es una de las actividades más habituales. Este año, hemos añadido dos tipos de participación para consultar a nuestros encuestados: si leen comentarios de las publicaciones en las redes sociales y en los sitios periodísticos. En el promedio de todos los mercados, un 31% lee comentarios en las redes sociales y una cuarta parte (25%) lee comentarios en los sitios periodísticos. Esto contrasta con la media de uno de cada cinco que en las redes comparten noticias (19%) o las comentan (18%), y uno de cada diez que comentan en los sitios periodísticos (9%).

También preguntamos qué tan positiva o negativa es su experiencia al participar online o en las redes sociales, incluyendo leer o publicar comentarios y hablar con la gente sobre las noticias. Y si bien muchos tienen motivos para recelar de la participación, es casi tres veces más probable que la gente diga que su experiencia es positiva (33%) que negativa (13%), y para la mayoría no es ni una ni otra (40%).

Teniendo en cuenta el discurso público sobre la participación online, puede sorprender que una gran mayoría no sienta que sus experiencias son negativas. Pero esto puede ser, en parte, porque varios simplemente no participan mucho. Hay pruebas de ello cuando nos fijamos específicamente en los consumidores pasivos (quienes no participan en las noticias) y son mucho más propensos a expresar ambivalencia (43%) que a decir que sienten algo positivo (18%) o negativo (15%) en torno a la participación en las noticias online.

Está claro que estas percepciones tienen un vínculo relevante con la participación general de la gente en las noticias online. En todos los mercados, es dos veces más probable que participen activamente cuando su percepción general de la participación es positiva (36%) que negativa (18%). Además, quienes padecen experiencias negativas (21%) son casi cuatro veces más propensos a no participar en absoluto que quienes tienen experiencias positivas (6%). Al mismo tiempo, quienes padecen experiencias negativas tienen las mismas probabilidades de hablar cara a cara de noticias con amigos o colegas (36%) que quienes tienen experiencias positivas (37%), lo que ilustra que la percepción sobre las experiencias afecta claramente la participación pero puede no frenar el modo en que la gente interactúa offline. (Por supuesto, la dirección de esta relación podría ser la opuesta: es decir, que la participación influyera en las experiencias online).

Sin embargo, las percepciones de las experiencias informativas online varían drásticamente entre los grupos demográficos, con importantes consecuencias para su participación en las noticias. En algunos casos, la brecha de género es muy clara (7 pp en Estados Unidos) y en determinados países, la política también desempeña un papel fundamental en estas percepciones. En promedio, las personas interesadas en la política cuentan con el doble de probabilidades de tener experiencias positivas (48%) que quienes no están interesados (23%). Aunque en general hay poca diferencia entre izquierda y derecha, en algunos países la gente de izquierdas es mucho más propensa a decir que sus experiencias son negativas: por ejemplo, en el Reino Unido (10 puntos porcentuales), Estados Unidos (7 puntos), Brasil (6 puntos), Alemania (6 puntos) y la India (5 puntos).

Además, en lugares como Portugal, Alemania, Francia y Brasil, los más jóvenes (de 18 a 24 años) son significativamente más propensos que cualquier otro grupo etario a decir que sus experiencias con las noticias online son negativas. Esto puede deberse a que tienden a ser más de izquierdas, o a que ven más discursos acerca de internet como entorno negativo (específicamente, sobre las secciones de comentarios). Otra posible razón es que los jóvenes suelen tener más presencia online y participan con más frecuencia en plataformas digitales que tienden a ser abrumadoras, ya sea por su toxicidad o por las expectativas que crean en los usuarios. No obstante, estas tendencias se reflejan menos en mercados como Estados Unidos, el Reino Unido y España.

La percepción de la gente sobre sus experiencias con las noticias online también influye en cómo y por qué toman medidas para cambiar lo que ven en las plataformas. En el promedio de todos los mercados, quienes tienen experiencias negativas son levemente más propensos que quienes tienen experiencias positivas a tratar de hacer cambios para ver menos contenido negativo (28% frente a 24%, respectivamente) o tóxico (33% frente a 29%).

Qué quiere lograr la gente que ha tenido experiencias negativas al consumir noticias online y trata de cambiar lo que ve en las plataformas

Media de mercados escogidos

  • Sad

    28%

    procura ver contenidos menos negativos o deprimentes.

  • Toxic icon

    33%

    intenta ver contenidos menos tóxicos.

Q2_Algorithms_2023. You said that you try to change what news and information you see on online platforms. What are you trying to achieve? Please select all that apply. Q1_Participation_2023. How positive or negative is your experience of engagement with news online or on social media (e.g. reading or posting comments, talking to people about news, etc.)? Base: Those with negative online news experiences who try to change what they see via their algorithm = 1994 Note: Question asked in USA, UK, Germany, Spain, Belgium, Netherlands, Turkey, Japan, South Korea, Hong Kong, and Brazil.

Participación en conversaciones políticas, online y offline

En términos generales, existe una sensación de que el debate público se torna cada vez más constreñido, sobre todo cuando son online y tratan sobre noticias y política. Otra pregunta que hicimos este año a los encuestados es cuánto cuidado sienten que deben tener con lo que dicen cuando hablan de política en el entorno online (en redes sociales, grupos de mensajería, etcétera) o en el offline (cara a cara, por teléfono, etcétera). En el promedio de los 46 mercados relevados, la mayoría expresa que tiene cautela sobre lo que dice en conversaciones políticas, tanto online (54%) como offline (52%).

La percepción de que no resulta necesario cuidar lo que se dice permanece baja en todos los mercados cuando se trata de diálogos políticos online, pero hallamos muchos más matices en el ámbito offline. Por ejemplo, alrededor de la mitad cree que no necesita tener cuidado en ciertos mercados europeos políticamente menos conflictivos, como Finlandia (52%), Dinamarca (49%) y Alemania (44%). En cambio, allí donde la escena política está más polarizada, como Estados Unidos (28%), Australia (25%) o Brasil (16%), sólo cerca de una cuarta parte se siente cómoda expresando sus opiniones políticas en el entorno offline.

En general, comparando las respuestas entre los mercados, observamos que la gente tiende a considerar que debe tener cuidado con lo que dice tanto online como offline. Es evidente que hay efectos amedrentadores, pero no siempre está claro que sean específicos del ambiente digital. En aproximadamente la mitad de los países, la mayoría piensa que debe tener cuidado con lo que dice cuando habla de política online y offline. Estas preocupaciones son más destacadas entre los partidarios políticos, las personas con más educación y quienes están más interesados en la política. Cabe señalar que, en muchos casos, los mercados donde más preocupa hablar de política online son también los que cuentan con más participantes activos. (Y algunos de ellos no están bien posicionados en la clasificación mundial de libertad de prensa que elabora Reporteros sin Fronteras). Estas percepciones son especialmente elevadas en países como Filipinas (81% online, 78% offline) y Perú (70% online, 67% offline), donde los ciudadanos pueden sentir los efectos escalofriantes de la agitación política, las tácticas de intimidación online y otras amenazas a la libertad de expresión.

Conclusión

Las patrones cambiantes que aquí revelamos sobre la participación en las noticias indican, en muchos mercados, la existencia de menor debate público (y quizá más restringido) en general, pese a las esperanzas idealistas con las que entramos en la era digital. Continúa reduciéndose el grupo de personas que constituye una amplia franja de lo que el público considera participación abierta en el ciclo de las noticias y la información. Si bien aún es más probable que la gente dialogue sobre las noticias cara a cara que de otros modos y también que sienta algo positivo o simplemente ambivalente sobre su experiencia de participación en las noticias online, muchos siguen diciendo que son cautelosos al expresarse, tanto online como offline.

Por qué sucede esto no resulta tan claro, pero probablemente no ayudan ni la naturaleza cambiante de las plataformas, ni el papel cambiante de las noticias que se publican allí, ni el predominio en la participación activa online de una minoría poco representativa pero ruidosa, ni el discurso público que cataloga a las noticias como deprimentes y a internet como un entorno particularmente tóxico (específicamente, las secciones de comentarios en los sitios periodísticos y las redes sociales).

Estas tendencias plantean nuevos interrogantes en torno al significado de la participación y el involucramiento en un ambiente informativo cada vez más online pero menos abiertamente participativo. Puede que se trate menos de un descenso en la participación que de un cambio en la naturaleza de la participación, ya que muchos medios abandonan las opciones de participación abierta (como las secciones de comentarios online) y las redes sociales reducen o limitan las interacciones de los usuarios con las noticias.

Resta ver cómo se adaptan a esta “nueva normalidad” de participación online aquellas organizaciones periodísticas que procuran construir audiencias, mantenerlas y conectar con ellas. Sin embargo, nuestros hallazgos marcan la existencia de un vínculo crucial entre la percepción que tiene la gente de su experiencia con las noticias online y su inclinación a participar activamente. Tanto para los medios como para las plataformas centradas en mejorar las experiencias de los usuarios, esto habla de la contundente importancia de fomentar espacios digitales saludables (incluyendo la moderación de contenidos, por ejemplo) como una forma de promover la participación online, en particular con respecto al gran segmento del público que recela cada vez más de involucrarse.