La diversidad es ahora una prioridad fundamental para varios medios en todo el mundo. Aunque mejorar la diversidad ha sido un proceso que llevó décadas en algunas organizaciones, ciertos eventos políticos como la elección de Donald Trump en Estados Unidos y el Brexit en el Reino Unido cuestionaron la composición de las redacciones, integradas en su mayoría por periodistas relativamente pudientes, urbanos y de mentalidad progresista, y sembraron dudas sobre si podrían algún día comprender de verdad a personas que piensan, votan y viven de otro modo. Más recientemente, el movimiento #MeToo ha planteado dudas sobre la capacidad del periodismo para informar con justicia sobre las mujeres. Y aunque para muchos es un asunto preocupante desde hace algún tiempo, las protestas del movimiento Black Lives Matter han puesto otra vez la lupa sobre la manera en que los medios cubren los asuntos raciales. En el Reino Unido se añaden las declaraciones de Meghan Markle en una famosa entrevista con Oprah Winfrey [acusando de racismo a la prensa británica] ]y cómo reaccionó inicialmente la Sociedad de Editores del país.
Para comprender mejor cómo ven las audiencias el modo en que los medios las representan, preguntamos a los encuestados si piensan que su grupo de edad recibe cobertura justa o no, y luego prolongamos la consulta con respecto al género, la etnia, la clase socioeconómica y el lugar de residencia. Después analizamos las respuestas (por ejemplo: hombres y mujeres, jóvenes y adultos, etcétera) para detectar qué grupos, en promedio, piensan que reciben una cobertura justa de parte de los medios. Por supuesto, algunos tendrán su opinión sobre cómo los medios cubren a grupos a los que no pertenecen, pero no podemos referirnos a ello aquí porque resulta difícil plasmarlo sin preguntar sobre cada categoría dentro de un grupo por separado y esto puede volverse poco práctico.
Es importante también señalar dos puntos más.
El primero es que aunque muchos periodistas y analistas del sector asumen posiciones firmes sobre algunos de estos temas, una minoría sustancial de los encuestados siempre elige la opción “No sé” cuando se consulta su opinión sobre aspectos específicos de la cobertura periodística, ya sea porque no prestan suficiente atención a las noticias o porque piensan que su respuesta depende de otras cuestiones. (Contestar “No sé” es más habitual entre quienes se interesan poco por las noticias, lo cual sugiere que se trata básicamente de un desentendimiento).
El segundo es que debe tenerse en cuenta que la percepción de justicia en la cobertura periodística puede no reflejar con precisión la verdadera naturaleza de esa cobertura. Las investigaciones han demostrado que la gente puede evaluar de manera muy distinta el mismo contenido: algunos perciben como justa una cobertura que probadamente no lo es y otros detectan parcialidad donde no la hay. Sin embargo, las percepciones de la gente son reales e importantes en sí mismas (más allá de que pensemos que tienen base empírica, que son racionales o irracionales, justificadas o injustificadas) al igual que las consecuencias que pueden tener, por ejemplo, para la confianza. Creemos que son muy relevantes para los periodistas y para los medios. De todas formas, saber cómo reaccionar requiere una evaluación transparente de los contenidos y las prácticas de una redacción así como del personal que la integra y de la estructura de la organización.
Las personas partidistas son más propensas a pensar que la cobertura es injusta
En el resumen ejecutivo de este informe hemos observado cómo las personas más politizadas en Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos piensan que sus puntos de vista reciben una cobertura injusta. Es posible hacer una interpretación ligeramente diferente si nos concentramos en la proporción que piensa que la cobertura es justa en lugar de injusta. Por eso los datos en este capítulo se combinan para dar origen a otro número: la percepción neta de justicia. Se trata simplemente del porcentaje que dice recibir una cobertura justa menos el porcentaje que dice recibir una cobertura injusta. (Se excluyen las respuestas “No sé”).
El siguiente gráfico muestra la puntuación neta para la cobertura de posiciones políticas diferentes. En Estados Unidos, el 75% de la gente de derechas piensa que recibe una cobertura injusta y el 16% la considera justa. Por lo tanto, a ese grupo corresponde una percepción neta de justicia de -59 puntos porcentuales. Por el otro lado, más gente de izquierdas cree que recibe una cobertura justa en vez de injusta: 51% a 34%. De este modo, para este grupo la puntuación neta es +17.
Si tomamos una muestra pequeña de seis países para cubrir diferentes regiones geográficas y sistemas mediáticos (Brasil, Alemania, Japón, España, Reino Unido y Estados Unidos), observamos que la mayoría de las personas partidistas piensa que sus puntos de vista reciben una cobertura injusta. Los datos de Japón, Brasil y España encajan especialmente bien en el fenómeno de la “prensa hostil”, identificado por investigaciones desde hace mucho y cuya característica es que cada uno de los bandos políticos enfrentados tiende a ver una cobertura sesgada en su contra (Vallone y otros, 1985). En la mayoría de los países, al mismo tiempo, quienes se sitúan en la derecha son más propensos a pensar que reciben una cobertura injusta, tal vez influidos por un viejo discurso de los políticos de derechas sobre el sesgo de los medios. El Reino Unido es relativamente inusual en cuanto a esta percepción, porque es más común entre quienes son de izquierdas. Dicho esto, si bien los partidistas parecen más sensibles sobre la cobertura de sus opiniones políticas, debemos ser cuidadosos y no desestimar por completo esas percepciones, ya que pueden estar señalando inquietudes genuinas. Periodistas y editores a menudo reconocen la falta de diversidad política en sus medios (Cherubini y otros, 2020), lo cual también se evidencia en encuestas a reporteros en activo (Thurman y otros, 2016).
Las mujeres son menos propensas a pensar que reciben una cobertura justa, en particular las de la Generación Z
En lo referente a las percepciones de las audiencias en función del género, en los seis países mencionados vemos que tanto las mujeres como los hombres son más propensos a decir que reciben una cobertura más justa que injusta, un patrón que se reitera en la mayoría de los mercados de la muestra. En Alemania (y en algunos otros países) muy pocos hombres y muy pocas mujeres piensan que reciben una cobertura injusta, lo cual conduce a una alta puntuación neta positiva. Si bien las diferencias entre hombres y mujeres es pequeña en los seis países que analizamos, en todos los mercados las mujeres (+23) se muestran menos propensas que los hombres (+31) a pensar que reciben una cobertura injusta.
Sin embargo, este patrón se quiebra cuando nos concentramos en los grupos más jóvenes. En el segmento de 18 a 24 años observamos que las mujeres son más propensas a decir que reciben una cobertura injusta en Brasil, España y Estados Unidos. En los hombres las diferencias generacionales resultan mucho menores: en todos los grupos de edad dicen que reciben una cobertura justa, en promedio. Los datos dejan claro que existe una gran diferencia generacional en el modo en que las mujeres perciben la cobertura periodística que reciben: las más jóvenes hacen una evaluación mucho menos favorable. Esto muestra cómo pueden cruzarse distintos factores sociodemográficos con consecuencias en las actitudes de la gente.
En EE.UU. la puntuación neta es más baja entre las personas negras y los hispanos
Como ya hemos mencionado, muchos medios cuentan con un historial problemático en relación con su cobertura de ciertos grupos raciales y étnicos, y ahora se enfrentan a un escrutinio cada vez más crítico al respecto. Esto se refleja en los datos que recogimos en Estados Unidos: los blancos son más propensos a pensar que reciben una cobertura justa, mientras que las personas negras y los hispanos son más propensos a decir que reciben una cobertura injusta. En ambos grupos hay una brecha de 13 puntos porcentuales entre quienes piensan que la cobertura es justa y quienes creen lo contrario.
Patrones similares importantes pueden existir en algunos de los otros mercados incluidos en nuestra encuesta. De todos modos, resulta un desafío identificarlos porque, dependiendo de la conformación demográfica de la población, muchos grupos étnicos minoritarios son demasiado pequeños para analizar, incluso obteniendo muestras relativamente grandes y nacionalmente representativas. Si bien los investigadores a veces agrupan diferentes poblaciones raciales y étnicas para poder analizarlas, esto puede producir hallazgos erróneos si esas poblaciones tienen puntos de vista muy diferentes.
Regiones donde se percibe una cobertura menos justa
Algunas críticas hacia los medios se vinculan a la forma en que cubren la vida en determinados lugares del país. En el Reino Unido, algunos ven a los medios demasiado centrados en Londres o perciben una división entre el norte y el sur en términos de cómo son representadas las distintas regiones. Estas críticas han motivado que en años recientes tanto la BBC como Channel 4 hayan mudado algunas operaciones fuera de la capital inglesa. Si bien en la mayoría del Reino Unido la gente considera, en promedio, que el lugar donde vive recibe una cobertura justa, esto claramente se siente con menos intensidad en el centro y el Norte de Inglaterra, Gales y Escocia que en Londres y en el Sur de Inglaterra. Y lo más llamativo es que mucha gente del Noreste dice que su lugar recibe una cobertura injusta en vez de justa: se trata de una zona del país donde los medios han invertido poco y cuya cotidianidad se retrata de un modo que muchos residentes no reconocen.
Podemos detectar un panorama similar en Alemania, aunque las causas específicas que subyacen probablemente sean muy distintas. La gente que vive en estados que formaban parte de la Alemania Oriental, como Sajonia y Turingia, piensa que el lugar donde vive recibe una cobertura menos justa que el resto del país, aunque sólo una minoría relativamente pequeña califica de injusta la cobertura. En Estados Unidos, los habitantes de las costas Este y Oeste consideran que los lugares donde viven reciben una cobertura justa en promedio, pero de algún modo todo se enfría cuando reflejamos lo que ocurre en el interior. En estados sureños como Mississippi y Alabama, un 42% dice que recibe una cobertura justa y el 33% piensa lo opuesto. Pese a que la pregunta específica es sobre la cobertura del lugar donde cada encuestado vive, en los tres países es posible que las evaluaciones estén influidas por una opinión más general sobre los periodistas y los medios como parte de las elites, sin contacto con personas como ellas o contrarios a sus posiciones políticas (Kreiss, 2019).
Percepciones de injusticia relacionadas con la falta de cobertura
Es probable que la gente tenga distintas razones para pensar que su grupo de edad, su género, su posición política y demás reciben una cobertura justa o no. Un factor que puede influir en la percepción es la cantidad de cobertura destinada a un tema específico. Esto también es una percepción, y probablemente se trata de una percepción de prominencia más que de volumen, dado que nadie puede consumir toda la cobertura periodística disponible.
Sin embargo, existen evidencias que respaldan que la falta de cobertura de un asunto tiene una fuerte relación con la percepción de injusticia. Tomando la clase socioeconómica como ejemplo, en el Reino Unido tres cuartas partes (78%) de quienes piensan que su clase socioeconómica no recibe suficiente cobertura también perciben que la cobertura es injusta. Pero entre quienes piensan que su clase socioeconómica recibe suficiente cobertura, apenas un 15% cree que esa cobertura es injusta. También se verifican grandes brechas en los otros cinco países que analizamos. De manera interesante, los datos indican que si la gente piensa que su clase socioeconómica recibe demasiada cobertura (posiblemente porque cree que el foco debería estar en los grupos menos privilegiados de la sociedad, o porque recibe una cobertura incorrecta) también puede asociarse con la percepción de injusticia. Lo difícil para los medios es hallar el equilibrio apropiado.
Vínculo entre justicia y confianza
Por último, detectamos un vínculo claro entre las percepciones de justicia y la confianza en las noticias. Volviendo al inicio del capítulo (sobre las posiciones políticas) observamos que la gente que cree que sus puntos de vista reciben una cobertura justa tiende a mostrar niveles particularmente altos de confianza en las noticias. Los patrones son similares si nos detenemos en la cobertura de otros temas abordados en este capítulo. Por supuesto, esto podría deberse a que la gente que ya tiene un alto nivel de confianza en las noticias está más predispuesta a considerar que la cobertura es justa. Pero en cualquier caso queda claro que la confianza y las percepciones de justicia van de la mano.
Por lo tanto, para los medios que buscan incrementar la confianza de sus audiencias tiene sentido reflexionar sobre cómo es su cobertura de ciertos grupos. Los datos de nuestro informe pueden revelar algunas actitudes del público, pero el desafío para los periodistas y para los medios pasa por decidir dónde enfocar sus esfuerzos, qué hacer en la práctica y cómo acelerar procesos que a menudo se sienten demasiado lentos.
Al evaluar dónde poner el foco, las divisiones más pronunciadas en cuanto a la justicia de las coberturas se ubican en torno a la política. No obstante, para muchos medios (en especial, para aquellos que ya procuran mantener un compromiso de imparcialidad y/o conservar una amplia base de suscriptores) éste será el ámbito más difícil donde producir avances reales, teniendo en cuenta que los partidarios políticos de cualquier manera se inclinan a ver injusticia en la cobertura. Por lo tanto, puede tener más sentido concentrarse en áreas como raza, género y clase socioeconómica, donde los investigadores en ciertos países han hallado evidencias claras de que la cobertura a menudo no es ideal o exacerba los problemas. Incluso en este caso, sigue siendo cierto que los medios no pueden complacer a todos. En Estados Unidos, algunas medidas que podrían ayudar a fomentar la confianza de la gente de derechas (principalmente blanca y de mayor edad) es poco probable que consigan lo mismo con otros grupos descontentos con la cobertura que reciben (las personas negras, los hispanos y las mujeres más jóvenes).
La pregunta sobre qué pasos concretos adoptar es mucho más compleja. Algunos medios se han centrado en la representación. El proyecto 50:50 del periodista Ros Atkins de la BBC ha demostrado cómo el monitoreo propio sobre qué personas y fuentes se incluyen en la programación puede mejorar la representación de las mujeres y estableció un modelo que desde entonces se ha aplicado de forma más general en la BBC y en otras organizaciones. Algunos medios han priorizado reflejar más los puntos de vista de quienes viven fuera de las grandes ciudades, y aquí la tendencia hacia el trabajo en remoto (que la pandemia ha acelerado) puede proporcionar una oportunidad para contratar a periodistas que poseen una conexión genuina con las áreas infrarrepresentadas. Y luego, finalmente, tenemos el asunto de la diversidad. En algunos medios es una prioridad desde hace varios años. Y tal como indicó una reciente encuesta a líderes de redacciones, varios creen que si bien hay progresos en cuanto a la diversidad de género, queda mucho más por hacer en torno a la diversidad étnica y socioeconómica (Cherubini y otros, 2020). Los datos que presentamos aquí indican que la mayoría de la audiencia está de acuerdo con este punto de vista.