Si bien la confianza en las noticias permanece alta (segundo puesto entre 46 mercados analizados), el interés general por las noticias disminuyó significativamente después de la pandemia. Mientras tanto, el cambio de marca del canal informativo TVI24 (propiedad de Media Capital), ahora convertido en CNN Portugal, ha modificado la dinámica de la competencia en el abarrotado mercado de las noticias televisivas.

Al tiempo que los medios procuraban asimilar los impactos de la pandemia y los cambios necesarios en sus modelos de negocio, 2022 comenzó con ciberataques dañinos contra varios medios portugueses, entre ellos SIC, SIC Notícias y Expresso. En cuanto a los ingresos, a pesar de la continua caída de las ganancias en la prensa escrita, el Grupo Cofina, propietario del diario Correio da Manhã y del canal Correio da Manhã TV, declaró en 2021 un aumento de los beneficios del 165% (o 4,2 millones de euros) con respecto a 2020. El Grupo Globalmedia (Diário de Notícias y la radio TSF) registró un incremento de las ventas cercano al 9% en comparación con 2020.

En el sector de las radios, Renascença Multimédia (Rádio Renascença y RFM) lanzó una nueva plataforma de podcasting, denominada Popcasts y destinada tanto a sus propios productos como a atraer a otros medios. Rádio Comercial, que está entre los principales actores del mercado (24% de alcance semanal), estrenó Rádio Comercial Ucrânia, digital y bilingüe, dirigida a quienes se refugiaron en Portugal durante la guerra.

En el mercado televisivo, el Grupo Media Capital experimentó una transformación estructural que incluyó el cambio de marca del canal de noticias TVI24, que ahora se llama CNN Portugal. Pese a ciertos temores de que esto pudiera perjudicar la posición de Media Capital en un sector muy competitivo, a principios de 2022, tras la cobertura de la invasión rusa, CNN Portugal superó a su principal competidor, SIC Notícias del Grupo Impresa, y se convirtió en el canal de noticias más visto. En 2021 Media Capital también cerró la venta de su red de radios (Rádio Comercial, M80, Cidade, Smooth y Vodafone) al grupo mediático alemán Bauer por casi 70 millones de euros.

A finales de 2021, Google presentó en Portugal su Google News Showcase, en alianza con una treintena de medios, incluyendo varios de los más importantes como el Jornal de Notícias, Observador, Público, Visão y una serie de publicaciones regionales. Hubo descontento entre quienes se quedaron afuera y, como en otros lugares, la iniciativa ha alimentado el debate sobre los modelos de monetización de los medios en la era de las plataformas y el poder de los grandes actores como distribuidores masivos de contenidos.

Los diarios impresos tradicionales han intentado armar estrategias para satisfacer las demandas de las audiencias digitales. El proyecto Nonio 2019 reunió a los grandes medios portugueses para crear un sistema único de registro: esto podría explicar un motivo por el cual nuestros datos indican que Portugal tiene un alto porcentaje de gente que se registra en los sitios de noticias. De todos modos, el pago por la información online continúa relativamente bajo, con un 12%, aunque las principales publicaciones reportan un aumento en su audiencia digital de pago.

La piratería digital es otro reto. En noviembre de 2021, un tribunal portugués ordenó el cierre de 17 canales de Telegram (que en conjunto representaban unos 10 millones de usuarios) donde se compartían ilegalmente periódicos y revistas en formatos PDF y contenidos audiovisuales. Además de los recursos legales, el sector impulsa campañas que enfatizan el impacto que tienen estas prácticas en los medios y ciertamente en el periodismo.

Las tendencias de este año también incluyen una gran caída en el interés por las noticias: 18 puntos porcentuales menos que en 2021. Posiblemente se deba a lo que para algunos fue la excesiva concentración de la agenda informativa en la ola de COVID-19 que ocurrió entre diciembre de 2021 y enero de 2022. Investigadores han comprobado que la saturación de noticias relacionadas con el coronavirus puede empujar a las audiencias hacia contenidos más blandos, ya sea otra clase de información o entretenimiento (de Bruin y otros, 2021).

La desinformación se mantiene como tema de actualidad y en mayo de 2021 entró en vigor una ley que creó la Carta Portuguesa de Derechos Humanos en la Era Digital. Además de asegurar derechos, libertades y garantías básicas de los ciudadanos en el entorno online, la legislación establece que el Estado debe brindar protección contra quienes producen, reproducen y difunden desinformación, en línea con el Plan de Acción Europeo contra la Desinformación. La norma también otorga el derecho a quejarse de la desinformación ante el ente regulador de los medios. La controvertida Carta de Derechos Digitales fue criticada por expertos, periodistas y partidos políticos: algunos vieron un “regreso de la censura”.

Ana Pinto-Martinho, Miguel Paisana y Gustavo Cardoso
del Instituto Universitario ISCTE-IUL de Lisboa.

Medios cambiantes

La televisión experimentó una caída como fuente de noticias en el último año (5 puntos porcentuales menos) y ha sido superada por el mundo online, incluyendo las redes sociales. El continuo declive de la prensa escrita se refleja en este dato: el porcentaje que la consume hoy es la mitad del que era en 2015. 

Al igual que en años anteriores, las cifras de confianza se mantienen elevadas y la cadena pública RTP es la marca más fiable. Sin embargo, apenas un tercio de los encuestados cree que los medios son independientes de influencias externas, ya sean comerciales o políticas. Los portugueses siguen preocupados por qué es real y qué es falso online (71%) y el coronavirus permanece como el tema sobre el cual la gente se topa más a menudo con desinformación.