En algunos aspectos, la industria informativa mexicana es como cualquier otra: afronta los desafíos de las nuevas plataformas, los grandes conglomerados y los cambios en los hábitos de consumo. Pero en otros aspectos es muy diferente: la prensa debe lidiar con los ataques diarios del presidente contra su credibilidad. Se sigue asesinando a periodistas.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, ha gozado de un enorme apoyo popular desde que asumió el poder en 2018, ayudado por su comunicación directa con el público a través de las redes sociales: en especial, durante sus sesiones matutinas cotidianas, conocidas como “las mañaneras”. Estas citas llevan mucho tiempo mostrando la hostilidad de AMLO hacia la prensa, pero en julio de 2021 se volvieron más incisivas cuando añadió un segmento denominado “Quién es quién”, donde señala a periodistas y medios que publican historias que, según él, son falsas.

El presidente suele clasificar a los medios en dos grupos: los “buenos”, que apoyan sus políticas de transformación e informan acríticamente sobre su gestión, y los “malos”, a los que considera neoliberales y representantes de un pasado corrupto. En este último grupo ubica a los diarios El Universal y Reforma, al conglomerado multimedia Grupo Imagen y al portal de noticias Latinus. Se les suman el veterano presentador de TV Ciro Gómez-Leiva y el anfitrión de tertulias Joaquín López Dóriga.

También recibe repetidos ataques de AMLO el columnista Carlos Loret de Mola, crítico declarado de la administración. En febrero, varios periodistas, políticos, medios y líderes de opinión participaron en una charla en Twitter Spaces con el hashtag #TodosSomosLoret. Más de 60.000 personas escucharon cómo los participantes expresaban su desacuerdo y preocupación por la actitud del gobierno hacia la prensa.

Pero López Obrador continúa sin inmutarse. Una resolución del Parlamento Europeo¹ le solicitó que moderara su discurso contra los medios para garantizar “la protección y la creación de un entorno seguro para periodistas y defensores de los derechos humanos”. La respuesta del Gobierno mexicano fue criticar la actitud “desinformada” de los legisladores europeos: “Es lamentable que se sumen como borregos a la estrategia reaccionaria y golpista del grupo corrupto que se opone” a la administración.²

La creciente cantidad de periodistas asesinados (según Artículo 19, la entidad que defiende la libertad de expresión y el derecho a la información, fueron 145 entre 2000 y 2021) no da señales de detenerse. En 2021 mataron a siete reporteros y en los tres primeros meses de 2022, a otros ocho. La mayoría cubría asuntos de seguridad y política, y cayeron víctimas del crimen organizado. Algunos recibieron advertencias: una de ellas, Lourdes Maldonado López, fue asesinada en enero y había solicitado protección gubernamental en una “mañanera” presidencial de 2019.

Muchos medios nacionales intentan adaptarse a los gustos de las audiencias más jóvenes y publican activamente contenidos en Instagram, TikTok, podcasts y aplicaciones, además de seguir explorando nuevos formatos. El periódico El Financiero distribuye versiones en PDF de sus ediciones impresas y ha tenido cierto éxito desarrollando boletines informativos especializados, que son gratuitos y se han convertido en lectura obligatoria para personas interesadas en economía, política y finanzas. El canal de televisión ADN40, parte del grupo Azteca Noticias, empezó a ofrecer sus contenidos en Amazon Prime.

En 2021 se produjo un hito en la historia de la televisión mexicana: la fusión del Grupo Televisa, uno de los principales actores de la TV informativa y de entretenimiento, con la cadena estadounidense de habla hispana Univision. La nueva empresa, denominada TelevisaUnivision, espera tener la escala necesaria para competir globalmente en el mercado en español mediante su plataforma de streaming, con la mira en Netflix, Disney+ y Amazon Prime.

La fusión operó como respuesta a sus rivales globales, a quienes los medios deben tener en cuenta como amenazas clave junto con la polarización de las audiencias, la disminución de los ingresos publicitarios y la competencia de los nativos digitales. UnoTV (que nació enviando información por mensajes de texto y creció hasta convertirse en un influyente sitio web donde transmite noticias en video) permanece como uno de los principales medios online, detrás de El Universal y TV Azteca. Sin embargo, pese a todos los desafíos, la televisión y la radio tradicionales siguen siendo los medios más populares y los que más ingresos publicitarios reciben. Algunos sitios, como El Economista y Milenio, abandonaron sus muros de pago al comienzo de la pandemia. Ninguno ha vuelto a ponerlos.

María Elena Gutiérrez-Renteria
Universidad Panamericana

Medios cambiantes

Según nuestros datos, la televisión y la prensa escrita han cedido importancia gradualmente desde 2017. Además, las redes sociales se utilizan ampliamente en todos los grupos de edad y los mexicanos poseen altos niveles de acceso a las noticias por esta vía, con Facebook, YouTube y WhatsApp entre las opciones más populares.

El nivel general de confianza en los medios mexicanos se mantiene relativamente bajo, con apenas un 37%, pero la confianza en medios específicos sube algunos puntos porcentuales en la mayoría de los casos. Lideran en este aspecto la CNN y Milenio Noticias, mientras Televisa Noticias experimentó el mayor aumento (ocho puntos porcentuales) y TV Azteca Noticias registró un incremento de tres puntos porcentuales en comparación con el año anterior.

Notas al pie

¹ Parlamento Europeo, ‘Mexico: The EP Calls for the Protection of Journalists and Activists to be Guaranteed.’ 10 de marzo de 2022. https://www.europarl.europa.eu/news/es/press-room/20220304IPR24806/mexico-el-pe-pide-que-se-guarantece-la-proteccion-de-journalistas-y-activistas ↩

² Gobierno de México, ‘Statement from the Government of the Republic to the European Parliament.’ 10 de marzo de 2022. https://www.gob.mx/presidencia/prensa/comunicado-del-gobierno-de-la-republica-al-parlamento-europeo?state=published ↩