Chile
El COVID-19 ha ofrecido a los medios la oportunidad de reconstruir la confianza pública, que resultó erosionada durante las protestas que lideraron estudiantes en 2019, cuando se percibió que estaban del lado de los grandes intereses económicos. Los esfuerzos para informar de manera independiente sobre la pandemia han ayudado a reparar parte de la credibilidad de los periodistas, pero también han provocado conflictos con el Gobierno.
Con la llegada de la pandemia, el ministro chileno de Salud apuntó a los medios: entre otras cosas, los acusó de “vender inventando mentiras” y también se negó a contestar una pregunta en una rueda de prensa, actitud que se transformó en tendencia en Twitter. Estos intercambios han subrayado las relaciones cambiantes entre los medios y quienes ostentan el poder. Hasta ahora, no existía una fuerte expectativa cultural en torno a que el periodismo cumpliera una función de vigilancia, como perro guardián. Esto parece haber cambiado a raíz de las protestas sociales que sacudieron el país en los meses previos a la crisis del coronavirus.
Después de que el ministro en cuestión dejara el puesto, su sustituto al principio hizo un esfuerzo por mejorar las relaciones con los medios (y la comunicación con el público), y dio conferencias cotidianas sobre la pandemia que hallaron una audiencia significativa en televisión, ya que la gente buscaba información para saber cómo desenvolverse. Los portales de noticias incorporaron contadores para monitorear el número de casos, las muertes y la tasa de infección, basados en cifras oficiales. La mayoría de los sitios también sumó secciones especiales y La Tercera, uno de los periódicos más grandes, ofreció gratuitamente su cobertura sobre el coronavirus.
Tras estos cambios, las tensiones entre el Gobierno y los medios se aliviaron ligeramente pero volvieron a subir en abril de 2021, cuando el ministro acusó al New York Times y al Washington Post de cubrir desfavorablemente el crecimiento de las infecciones en Chile. El programa nacional de vacunación ha sido el más veloz de Sudamérica y ha estado por encima de los promedios globales.
Los retos del COVID-19 y las consecuencias de las protestas condujeron a un periodo de introspección. Periodistas y otras voces examinaron su rol en la sociedad y cómo necesitaba modificarse. Las protestas habían señalado una crisis de confianza en los poderes establecidos, incluyendo a los medios. Un eslogan popular fue “Apaga la TV”, en parte reflejo de la sensación de que el periodismo cotidiano no había cumplido con su deber de priorizar la información rigurosa sobre los intereses comerciales o hacer que los poderosos rindieran cuentas. Estas sensaciones sobre las noticias en televisión no se extienden al ámbito de la radio.
Se produjo un esfuerzo perceptible por parte de los medios para reconstruir la confianza de sus audiencias. Esto se vio especialmente en los canales de televisión, que cambiaron sus enfoques en la programación matutina. Donde antes emitían cuatro horas de tertulias de entretenimiento, empezaron a ofrecer política y actualidad, con tertulianos con opiniones firmes debatiendo con parlamentarios y alcaldes. La transformación fue tan marcada que se establecieron sanciones en el Congreso para los legisladores que desatendían sus obligaciones por estar en un programa televisivo matinal.
Algunos medios han intentado reconstruir la confianza fortaleciendo sus procesos editoriales o con iniciativas de verificación de datos especialmente vinculadas a la desinformación sobre COVID-19. El rol de las noticias falsas y las responsabilidades de los ciudadanos en las redes sociales se han transformado en un tema de debate nacional.
Pese al interés por la pandemia, continuó el declive en la circulación de los diarios impresos, y las redacciones más grandes (incluyendo las del sector televisivo) han reaccionado con dramáticas rondas de despidos. Copesa, la empresa matriz de La Tercera, recortó más de 200 puestos de trabajo y dejó de imprimir La Cuarta, donde sólo quedaron cuatro periodistas para hacer una versión digital. Ahora La Tercera sólo se imprime los fines de semana y en ciertas regiones. La revista Capital tampoco se imprime más. La mayoría de los editores espera que las audiencias migren a sus equivalentes digitales.
En 2021 hay varias elecciones previstas, algunas con más de una vuelta. Se ponen en juego cargos cruciales, incluyendo la presidencia, legisladores, alcaldes y gobernadores, pero también los redactores que actualizarán la Constitución, un proceso que surgió a partir de las protestas sociales. La cobertura de asuntos complejos con una multitud de candidatos será una tarea abrumadora para los medios.
Algunos como CNN Chile, 24horas.cl, La Tercera y sitios independientes invitan a sus usuarios a responder encuestas que, según dicen, les ofrecerán una indicación de los candidatos con quienes tienen más afinidad y les ayudarán a definir su voto.
Francisco Javier Fernández Medina y Enrique Núñez-Mussa
Pontificia Universidad Católica de Chile.
Medios cambiantes
La televisión fue una importante fuente de noticias durante la crisis del COVID-19, pero las redes sociales son igualmente populares como vía para hallar y consumir noticias en Chile. En línea con las tendencias globales, la circulación de periódicos impresos continúa su brusco declive.
Pagan por noticias online
12%
Escuchan podcast
35%
Comparten noticias
48%
Confianza en las noticias en general
36%
(+6) =33/46
Confianza en las noticias que uso
39%
Confianza en las noticias en buscadores
36%
Confianza en las noticias en redes sociales
32%
Si bien la confianza general (36%) ha aumentado, permanece baja de acuerdo con estándares internacionales, e incluso quedó más de diez puntos por debajo del estado previo a las protestas sociales en Chile. La caída de la confianza en noticias halladas en redes sociales (32%) puede explicarse por una creciente conciencia sobre la desinformación en esas plataformas, sumada a una mayor dependencia de la información oficial del Gobierno sobre la pandemia, que ha sido emitida diariamente en directo tanto en televisión como en radio.