El mercado portugués se halla dominado por cuatro grandes grupos privados (Impresa, Cofina, Media Capital y Global Media) y la radiotelevisión pública RTP: se trata de un escenario problemático para el establecimiento de nuevos actores. En medio del descontento de los periodistas y los inconvenientes de sostenibilidad de los medios, el panorama también incluye un posible incremento de la inestabilidad política.

A pesar de que Portugal acredita una histórica confianza alta en las noticias, y de que la libertad de prensa sigue siendo un principio básico de su democracia, el aumento de la desinformación por motivos políticos y la creciente polarización pueden plantear nuevos obstáculos a un sector informativo ya complicado. Las elecciones generales celebradas en marzo de 2024, tras la caída del Gobierno de centroizquierda liderado por el primer ministro António Costa, estuvieron precedidas por meses de inestabilidad en los que una gestión provisional mantuvo con cautela el poder en un país que afrontaba los comicios más polarizados en décadas. Los intentos de desinformación se intensificaron y, por primera vez en la historia, se detectó una intervención electoral extranjera destinada a perjudicar a los dos principales partidos políticos de centroizquierda y centroderecha. Un equipo del MediaLab ISCTE descubrió una serie de anuncios patrocinados en YouTube que habían sido pagados por una empresa foránea.¹ Periodistas de investigación portugueses, en alianza con Bellingcat, confirmaron más tarde que la operación estaba vinculada a una agencia de publicidad de Argentina.²

Los principales grupos de medios continúan en la búsqueda de enfoques innovadores, tratando de encontrar soluciones que saquen provecho de sus tamaños y sinergias entre sus negocios y las diferentes plataformas, pero con riesgos y costos significativos. Cofina SGPS, que tenía Cofina Media (la empresa dueña del diario Correio da Manhã y de Correio da Manhã TV), cerró el año anunciando la venta a un grupo integrado por empleados actuales y antiguos, junto a otros inversores.

Los problemas de Global Media Group, propietario de medios históricos como Diário de Notícias, la radio TSF y el Jornal de Notícias, se evidenciaron ante los sucesivos cambios en el equipo directivo, los retrasos en el pago de salarios y un despido colectivo a principios de 2024.

Trabajadores del sector expresan enérgicamente su descontento por el deterioro de las condiciones laborales y la devaluación general de la profesión. El 5º Congreso Nacional de Periodistas, desarrollado en enero de 2024, reunió a más de 700 personas y convocó a la primera huelga general en 40 años: ocurrió el 15 de marzo y afectó a casi 50 medios, incluidas marcas líderes como SIC Noticias, CNN, TVI y RTP.   

La Asociación Portuguesa de Radiodifusión (APR), que representa a las emisoras de todo el país, también llevó a cabo una protesta encabezada por más de 70 radios locales, con el objetivo de boicotear las elecciones mediante un paro informativo. Esta medida puso de manifiesto las condiciones especialmente duras que enfrentan los medios locales y regionales, agravadas por un deficiente apoyo estatal y la imposición de ciertas reglas (como la obligación de emitir más cantidad de música portuguesa) que el sector periodístico cree que podrían limitar aún más la actividad, en momentos en los que está en juego su supervivencia.

El Gobierno anterior pretendía actualizar la Ley de Prensa, que algunos consideran obsoleta: data de 1999 y, por ejemplo, ignora por completo el impacto de la transición digital y la necesidad de proteger la integridad del periodismo en el entorno online. Se va generando una presión para formular una nueva versión que preserve la independencia editorial y la condición de los reporteros como profesionales. Estos aspectos pueden verse concretados ahora que la legislación de la Unión Europea demanda que los países protejan la independencia de los medios e impidan injerencias económicas y/o políticas. 

En cuanto a la sostenibilidad, tanto medios tradicionales como nativos digitales desarrollan varias innovaciones. Los más grandes, como Expresso y Público, se centran en el pódcast como principal herramienta para alcanzar e involucrar a las audiencias. Las medios de SIC TV, propiedad del Grupo Impresa, ahora también operan como plataforma de streaming (OPTO), mientras que la radiotelevisión pública RTP sigue ampliando su presencia digital con RTP Play, un servicio gratuito a la carta. El nativo digital Observador y A Mensagem, un medio local de Lisboa, consiguen notables niveles de repercusión pese a su menor escala. 

Mientras parece inminente que la inteligencia artificial tomará el control de algunos procesos productivos centrales en varias industrias, el debate sobre su impacto en el ecosistema mediático portugués recién ha comenzado. La mayoría de los medios aún no han incorporado la IA en sus estructuras de producción ni en sus herramientas para promover una mejor interacción con el público. 

Ana Pinto-Martinho, Miguel Paisana y Gustavo Cardoso
ISCTE-IUL, Instituto Universitário de Lisboa

Medios cambiantes

Más allá de un ligero descenso adicional este año, la televisión se mantiene como la principal fuente de noticias para muchos portugueses, junto con las opciones online. El uso de todas las redes sociales para informarse ha disminuido significativamente este año (-6 puntos porcentuales), sobre todo debido a la menor utilización de Facebook.

Desde 2022, la confianza en las noticias sostiene una trayectoria menguante en Portugal y este año, por primera vez, cayó del tercer puesto al sexto entre los 47 mercados del informe. Es posible que la situación política persistentemente inestable haya contribuido a esta caída.

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