Chile
En momentos de creciente polarización política y tensas relaciones entre la prensa y el gobierno, Chile atraviesa el 50° aniversario del golpe de Estado que dio paso a 17 años de dictadura. No obstante, en medio de los desafíos han surgido nuevos actores y enfoques innovadores.
En Chile lleva varios años la discusión en torno a una nueva Constitución para reemplazar la que impuso la dictadura. Los últimos movimientos consistieron en seleccionar asesores para redactar un nuevo documento y realizar un referéndum para aprobarlo, luego de que se rechazara un intento previo. Pero la nueva Constitución también fue rechazada. Mientras el primer borrador representaba principalmente una agenda de izquierdas, el segundo se centraba en ideas de derechas, lo que marca la polarización del país y contribuye a incrementar la desilusión con respecto a las noticias y a la política en general, y genera mayores niveles de evasión de noticias.
Los medios no cubrieron este proceso con el mismo entusiasmo que tuvieron aquella primera vez. En cambio, los delitos pasaron a dominar la agenda informativa: un estudio del Consejo Nacional de Televisión (una entidad estatal) mostró que la información sobre sucesos ocupaban la mayor cantidad de tiempo de pantalla en todos los canales, excepto TVN, el único canal público chileno.1
El segundo año de la presidencia del izquierdista Gabriel Boric estuvo señalado por una tensa relación con la prensa, en parte debido a este cambio en la cobertura periodística. En un encuentro nacional de la industria, Boric dijo: “La verdad, leo poco los diarios a esta altura, pero es impresionante el afán por preferir las malas. Yo no sé cómo quienes siguen leyendo los diarios El Mercurio, La Tercera, La Segunda [periódicos de derechas y de centro], no sé cómo queda su corazón después de esto, porque en verdad pareciera como si viviéramos en un país infernal, y no estamos en eso”. Sus declaraciones fueron criticadas por medios nacionales e internacionales, pero el Gobierno argumentó que no se trató de una crítica directa, sino solamente de una invitación a los medios a repensar sus prioridades.
En el marco de esta creciente tensión, también se produjo un debate público sobre la iniciativa oficial de crear una Comisión Asesora contra la Desinformación, integrada por expertos en varias disciplinas. Provocó una acogida ambivalente de periodistas, académicos y políticos: muchos se mostraron escépticos con respecto a las intenciones detrás del plan. El Gobierno insistió en que la comisión era un organismo de especialistas, y su trabajo concluyó con dos reportes que incluyeron investigaciones académicas e información sobre experiencias en otros países.
En 2023 se cumplió medio siglo del bombardeo de las Fuerzas Armadas a la sede presidencial de La Moneda, que marcó el inicio de 17 años de dictadura militar liderada por Augusto Pinochet. El Instituto Nacional de Derechos Humanos y el Consejo Nacional de Televisión aportaron directrices para la cobertura del aniversario, en lo que puede interpretarse como otra prueba de la polarización actual.2 Las pautas enfatizaban la relevancia de reconocer la violación de los derechos humanos durante la dictadura y el deber de evitar la desinformación y el discurso de odio y negacionista.
Los medios prepararon contenidos especiales con material de archivo e investigación documental para revelar historias de aquella época. Tejieron alianzas con ONG, museos y universidades para recopilar relatos y desarrollar productos digitales innovadores, como impresionantes recreaciones de audio y experiencias que combinaron lo digital y lo físico.
El consumo de noticias en televisión aumentó levemente, quizás debido al despliegue de reporteros de actualidad en apoyo de sus colegas deportivos para cubrir los Juegos Panamericanos que organizó este año Chile.
La prensa en gran medida se concentra en Santiago, pero fue el medio local Timeline, con sede en la ciudad portuaria de Antofagasta, unos 1.000 kilómetros al norte de la capital, el que acaparó la atención nacional al destapar un escándalo de corrupción que involucró a políticos del partido gobernante.
El mercado de los diarios está dominado por dos grupos en torno a La Tercera y El Mercurio. Sin embargo, hay un nuevo actor: el grupo español Prisa ha lanzado una edición online chilena de El País con un modelo de suscripción y su primer pódcast periodístico local, un controvertido documental sobre un atropello. También se ha puesto en marcha La Metro, una nueva FM de derechas, y la CNN chilena ha sido adquirida por el abogado y empresario Jorge Carey, que se hizo con los derechos de la marca durante 10 años tras haber sido ejecutivo de la cadena.
El sitio independiente Copano.news es uno de los que experimentan con la inteligencia artificial: dice que publica más de 40 artículos al día utilizando un sistema basado en IA y sus historias regularmente son tendencia en las redes sociales. Otro ejemplo es WazNews, un asistente virtual que ofrece texto y audio a la carta vía WhatsApp: tras una serie de opciones, los usuarios pueden escuchar noticias narradas por periodistas.
Francisco J. Fernández and Enrique Núñez-Mussa
Pontificia Universidad Católica de Chile/Michigan State University
Medios cambiantes
El consumo de noticias disminuye en todas las fuentes desde 2017; la televisión y los periódicos impresos han registrado las mayores caídas. Este año también ha menguado significativamente el consumo de información en redes sociales como Facebook y X.
Pagan por noticias online
12%
Confianza en las noticias en general
32%
=35/47
La confianza en las noticias (32%) se acerca a su piso desde 2017, y es una de las más bajas de toda la muestra global. Esta situación se vincula al contexto de polarización política y elecciones periódicas, algunas de las cuales ofrecen opciones binarias que tienden a dividir al país entre alternativas de derechas e izquierdas.
RSF World Press Freedom Index
52/180
Score 67.32
Measure of press freedom from NGO Reporters Without Borders based on expert assessment. More at rsf.org
