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La imparcialidad, diseccionada: un estudio de cuatro países

La imparcialidad, diseccionada: un estudio de cuatro países

23 de junio de 2021

Tal como observa la BBC, “definir la imparcialidad es sencillo: significa reflejar todas las partes de un asunto y no favorecer a ninguna”.1 No obstante, en la práctica esto puede volverse complicado, ya que los periodistas se enfrentan a diferentes temas y debates públicos e intentan presentar las noticias de forma atractiva. Además, varios periódicos en todo el mundo llevan mucho tiempo asumiendo una posición editorial clara y en Estados Unidos el canal Fox News ha demostrado cómo se puede hacer dinero atendiendo a las audiencias partidistas. Por su parte, la BBC ha renovado su compromiso con el periodismo imparcial, al igual que algunos medios privados como Reuters. Pero los puntos de vista partidistas son ahora más accesibles que nunca, sobre todo online, y pueden ser atractivos para el público. Todo esto lleva a una pregunta: ¿qué importancia tiene el periodismo imparcial y objetivo para las audiencias?

En este capítulo exploramos qué es lo que las audiencias quieren de las noticias: más cobertura imparcial o información que se inclina por adoptar un punto de vista. Nos concentramos en cuatro países (Brasil, Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos) que poseen diferentes mercados periodísticos, una tradición distinta de emisoras públicas y distintos sistemas de regulación de medios. Para profundizar en las opiniones de las audiencias, complementamos los datos de nuestra encuesta con información surgida de focus groups y entrevistas en profundidad que realizamos entre febrero y marzo de 2021, con grupos diversos en lo político y en lo étnico, integrados por mayores y jóvenes interesados y conectados con las noticias (52 personas en total).

La gente quiere que los medios brinden una variedad de opiniones y le dejen decidir

Una de las preguntas más básicas sobre periodismo imparcial es: ¿los reporteros deben presentar una variedad de opiniones y dejar que el público decida qué pensar? Esto está en línea con la idea de que la imparcialidad implica dar tratamiento justo a las diferentes posturas, sin favoritismos. Por el contrario: ¿ciertos puntos de vista deben ser promocionados o defendidos? Esto se ha planteado, por ejemplo, con respecto a las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos: si la afirmación sobre una elección “robada” carecía de pruebas, entonces resultaba atinado argumentar en contra de esa noción.

Según nuestros datos, cuando se trata de temas sociales y políticos una nítida mayoría de la gente en todos los mercados quiere que los medios reflejen un abanico de puntos de vista y le dejen decidir. Pocos están a favor de que los medios “defiendan las opiniones que consideran mejores”. Esta posición minoritaria cuenta con un poco más de apoyo en el segmento más joven (menores de 35 años) y entre la izquierda política, aunque sigue siendo un porcentaje menor. Notamos, por supuesto, que a menudo las opiniones dependen del asunto. En general, preguntamos sobre “cuestiones sociales y políticas”, pero las opiniones podrían haber sido diferentes si hubiéramos preguntado por información sobre las vacunas, por ejemplo. Los matices temáticos se reflejan, de hecho, en los datos de nuestros focus groups.

En términos generales, entre los participantes prima con firmeza la opción de que la gente debe tener el derecho de formar sus propias opiniones, sin que le influyan los puntos de vista de los reporteros. Esto resulta especialmente cierto en el caso de los asuntos políticos más interpretativos: los entrevistados se sienten incómodos frente a la idea de que el periodismo haga juicios de valor por ellos.

Con los temas sobre política y, creo, con el COVID-19 (es decir, con las noticias más duras), pienso que es muy importante permanecer neutral y permitir que el lector o el oyente o el televidente tomen sus propias decisiones sobre lo que sienten al respecto.
Mujer, 21 años, Reino Unido, de izquierdas

De todos modos, los participantes subrayan que hay algunos temas menos interpretativos (por ejemplo, artículos de ciencia y acontecimientos naturales), donde los periodistas pueden ofrecer sólo una perspectiva o un punto de vista establecido.

Si se rompe un dique y se inunda un valle, realmente existe una única visión: el dique se rompió y se inundó el valle. Es eso. [Pero] considero muy importante que el periodismo sea imparcial cuando hay múltiples puntos de vista disponibles.
Hombre, 58 años, Estados Unidos, de centro

En este caso la gente hace algo relevante: traza la línea que divide las noticias (donde la imparcialidad es esperable) y las opiniones (donde puede esperarse la defensa de cierto punto de vista), aunque al mismo tiempo dice que a veces resulta difícil de distinguir, dado que los medios a menudo mezclan las piezas. A los entrevistados les gustan las noticias y las opiniones, pero quieren que se presenten bien separadas. Los artículos de análisis caen entre ambas opciones, y si bien se produce el riesgo de percibir un sesgo, se consideran más aceptables si son elaborados por expertos

Los participantes en el focus group también admiten que la imparcialidad se vuelve más dificultosa a medida que el formato de la noticia se torna más informal, pero dicen que puede estar bien si debido al formato (por ejemplo, en podcasts o redes sociales) las opiniones son esperables. Cuando se buscan, los estilos más informales y de opinión (sobre todo, en los presentadores de podcast más sesgados) es que pueden ser profundos y entretenidos. Si bien el estándar ideal es la información imparcial, algunos entrevistados reconocen que quizá resulta menos atractiva.

La gente piensa que en los debates debe otorgarse el mismo tiempo a cada parte

A continuación nos detenemos en un asunto importante: ¿deben los medios otorgar el mismo tiempo a cada parte cuando abordan asuntos sociales y políticos? ¿O deben brindar menos tiempo a las partes que a su juicio poseen argumentos más débiles? La pregunta se cuela en los debates sobre el equilibrio al informar y si la adhesión a esta norma puede ser perjudicial porque crea una “falsa equivalencia”, como cuando una posición respaldada por evidencias científicas se “equilibra” con otra que carece de tal apoyo. Ésta es una cuestión que se ha señalado cuando se enfoca la cobertura del cambio climático (Boykoff y Boykoff, 2004; Hiles y Hinnant, 2014).

¿Qué piensan nuestros encuestados? Se repite la historia: la mayoría en todos los mercados considera que los medios deben brindar la misma cantidad de tiempo a todas las partes. Sólo una minoría cree que los medios deben dar menos tiempo a quienes presentan argumentos más débiles.

Sin embargo, quienes más apoyan esta postura son los grupos etarios más jóvenes (menores de 35 años). Además, minorías considerables de izquierdas piensan que se debería dar menos tiempo a los argumentos más débiles: en Alemania es el 24% (frente al 10% de la derecha), en el Reino Unido 22% (frente al 7%) y en Estados Unidos, el 35% (frente al 5%). Cuando se exponen las afirmaciones falsas de Donald Trump sobre la elección “robada”, la evidencia científica sobre cambio climático y las vacunas contra el coronavirus, entre los entrevistados de este grupo hay menos ganas de otorgar tiempo a otro “bando” al que no otorgan legitimidad.

Sin embargo, la gente suele expresar incomodidad ante la idea de los periodistas excluyendo puntos de vista (especialmente en temas politizados) y afirma que deben escucharse distintas voces. Debido a esta inquietud, el problema de la “falsa equivalencia” no resuena demasiado entre los entrevistados. Y si lo hace, tienden a mostrar inquietud frente a la posibilidad de que otros sean engañados, no tanto ellos mismos.

Una preocupación más acuciante a menudo son las consecuencias de excluir perspectivas (políticas). Piensan que la falsa equivalencia puede evitarse enmarcando apropiadamente las diferentes perspectivas. En Estados Unidos y el Reino Unido, sobre todo los entrevistados de mayor edad, consideran que las diferentes perspectivas deben mostrarse en el mercado de las ideas: los malos argumentos se mostrarán más débiles al contrastarse con los más fuertes. Algunos piensan que un buen enfoque es aportar distintos puntos de vista, contextualizarlos y dejar que se impongan las evidencias. Y los entrevistados en Alemania suelen considerar que es valioso arrojar luz sobre visiones alternativas, incluso si se trata de perspectivas marginales.

Estas opiniones [antivacunas] existen y por eso debemos verlas… No las barran debajo de la alfombra para luego mostrarse sorprendidos de que están allí. Hay que reconocer su presencia.
Mujer, 47 años, Alemania, de izquierdas

Sin embargo, algunos admiten que el equilibrio no tiene que ser siempre 50/50: los puntos de vista cambian de acuerdo con el tema. Los más jóvenes y la gente de izquierdas, sobre todo, opinan que dar menos tiempo a una postura puede ser aceptable si el peso de la evidencia está de un solo lado, en especial si la mirada alternativa es potencialmente dañina para el interés público.

Para mí, no es adecuado dar el mismo espacio a las voces en contra de la vacunación que a las que apoyan las campañas de vacunación, porque es una cuestión que ya ha sido probada e involucra al interés público.
Mujer, 30 años, Brasil, de izquierdas

En general, los entrevistados en todos los países afirman que las distintas posturas deben reconocerse y ser abordadas en el debate público, aunque no reciban la misma importancia.

La mayoría quiere que los medios se mantengan neutrales, pero una minoría notable dice que esto a veces no tiene sentido

Por último: ¿hay temas en los que no tiene sentido que los medios sean neutrales? Esta pregunta se introduce en las conversaciones al hablar de las líneas que el periodismo debe trazar cuando se abordan ciertos temas de justicia social: ¿tiene sentido que los periodistas sean neutrales en asuntos que no cuentan con un “argumento opuesto”? De todos modos, la perspectiva alternativa en este caso podría ser que los propios periodistas eviten emitir opinión: que permanezcan imparciales y dejen hablar a quienes tienen conocimiento y experiencia.

Esto es coherente con lo que hemos hallado hasta ahora: la mayoría de la gente en todos los mercados analizados piensa que los medios deben intentar mantenerse neutrales.

No obstante, en comparación con nuestras demás preguntas, una minoría más amplia considera que hay ciertos temas en los que la neutralidad carece de sentido. Aquí también queda claro quiénes son más propensos a integrar esta minoría sustancial: las personas más jóvenes y las de izquierdas.

Entre quienes tienen entre 18 y 24 años, el 40% en Brasil, el 34% en Alemania, el 38% en el Reino Unido y el 30% en Estados Unidos creen que no tiene sentido ser neutral en algunos asuntos. El porcentaje de los mayores de 55 que opina lo mismo va desde el 19% en Alemania hasta el 30% en Brasil y en el medio aparecen Estados Unidos con 22% y el Reino Unido con 26%. Y entre la gente de izquierdas, el rango oscila entre el 36% en Alemania y el 54% de Estados Unidos.

Es posible que la gente más joven, aun queriendo datos, sea más idealista y vea las noticias imparciales como menos atractivas y sin autenticidad, fracasando a la hora de hacer avanzar casas de justicia social y perpetuando el statu quo (Marchi 2012). Para quienes se definen como personas de izquierdas, el peligro de los puntos de vista de la derecha radical y la lacra del racismo emergen como razones para no permanecer neutrales. 

De hecho, los asuntos de justicia social dan forma a las posiciones de la gente sobre la neutralidad, con algunas personas (sobre todo jóvenes y de izquierdas) que dicen que puede haber una justificación ética para no ser neutral. En el Reino Unido, Estados Unidos y Brasil, el sentimiento es que es menos importante ser neutral cuando se tratan asuntos como el racismo o la violencia de género. 

Creo que tan pronto como algo es ilegal o simplemente incorrecto, no creo que deba tener tiempo en antena.
Hombre, 28 años, Reino Unido, de izquierdas

Mientras tanto, en Alemania, un sentimiento fuerte lleva a la mayoría de los entrevistados a decir que los medios deberían iluminar perspectivas distintas y presentarlas de forma imparcial como parte de la democracia. Pero a la luz de la Historia de Alemania, la línea se traza cuando se trata de puntos de vista inconstitucionales.

Las líneas rojas para mí son la Constitución y el Código Penal. Si la opinión no vulnera ninguno de los dos, y eso incluye la negación del Holocausto, entonces puedes decir lo que quieras. Si los vulnera o acaba haciendo daño a una persona, entonces debe ser censurado.
Hombre, 30 años, Alemania, de derechas

Conclusión

Nuestra encuesta y los datos de nuestros focus groups nos dicen que, aunque algunos cuestionan el periodismo imparcial u objetivo, la mayoría de la gente respalda con fuerza el ideal de las noticias imparciales. La gente quiere el derecho a decidir por sí misma. Eso quienes que los periodistas ofrezcan los hechos de forma clara y simple, representen perspectivas distintas de forma justa y sin excluir puntos de vista y no incluyan sus propias opiniones en sus informaciones, incluyendo en cambio las de los entrevistados. Esto no es fácil de hacer en la práctica,  al menos no en todos los asuntos, y nuestros focus groups muestran que el público comprende esto. Pero nuestros datos también sugieren que reconocer esa complejidad no parece difuminar el compromiso de la gente con las noticias imparciales. 

Los puntos de vista de la gente se vuelven más matizados a medida que uno los explora. Algunos afirman que uno no puede ser neutral sobre algunos principios fundamentales (el racismo suele ser una línea roja) o sobre asuntos factuales (el hecho de que el cambio climático sea producto de la actividad humana), admiten que las expectativas de imparcialidad y de equilibrio pueden variar dependiendo del asunto y dicen que los juicios basados en la evidencia de los expertos podrían a veces ser apropiados cuando no cabe debate sobre un asunto. 

Las personas más mayores y aquéllas en la derecha política tienen a apoyar de forma más fuerte la inclusión de todas las perspectivas. Pero entre los jóvenes y entre quienes se definen de izquierdas, estos sentimientos son más débiles. Podría ser que estos últimos estén más familiarizados con asuntos que les hacen pensar de forma distinta. Aquí movimientos sociales como Black Lives Matter y el #MeToo, que despegaron en las redes sociales hacia las que se vuelven los jóvenes y que han encontrado apoyo entre la izquierda política, así como la preocupación por el creciente escepticismo hacia la ciencia y por el extremismo de derechas, dan forma a puntos de vista sobre el papel de los periodistas en ser más claros. Hay un énfasis en el deber del periodismo con la precisión y con los hechos, así como con la moralidad y la justicia social. 

 Sin embargo, incluso en este grupo hay un fuerte sentimiento de que el periodismo imparcial es importante, y hay una renuencia a que los periodistas tomen partido por una perspectiva o a que excluyan puntos de visto, a no ser que sean peligrosos. Una vez tienen los hechos, la mayoría de la gente quiere ser expuesta a un abanico de puntos de vista. Más aún, lo que los participantes en nuestros focus groups nos dicen es que reconocen que se sienten atraídos a menudo por las noticias parciales. Pero lo que la gente dice que quiere es una base fiable de información clara, factual e imparcial. Más allá de esto, ellos pueden explorar opiniones en otros lugares donde esperan encontrarlas: por ejemplo, en las redes sociales, en los podcasts, en las tertulias o en las páginas de opinión.

La BBC y la ITV son célebres por ser fuentes fiables. Mi consejo para ellas es seguir haciendo lo que hacen. Que no giren a la izquierda o a la derecha sino que se queden ahí en el medio e informen sobre lo que está pasando. Pero si uno no tiene alternativas más parciales, entonces... ¿no sería un mundo muy aburrido? Escuchar el punto de vista de otra persona es algo saludable.
Mujer, 43 años, Reino Unido, de derechas

Un desafío para los medios es cómo ofrecer esta mezcla deseada y cómo hacer que la información imparcial y objetiva sea más entretenida sin deslizarse hacia la parcialidad. Esto puede ser difícil, como la gente apunta, a medida que las plataformas y los nuevos formatos (redes sociales, podcasts) se hacen más informales y a medida que los géneros se entremezclan y se hacen más difíciles de distinguir. Las prácticas de la imparcialidad deben adaptarse a estas nuevas formas de producir y consumir noticias, pero nuestras evidencias indican que la gente apoya de forma decidida los ideales de imparcialidad, incluso en países con distintos sistemas de medios y tradiciones.

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Notas al pie

1 https://www.bbc.co.uk/editorialguidelines/guidance/impartiality